En un mundo ideal la función de que nos ofrece Twitter resultaría innecesaria: todos seríamos respetuosos con nuestros vecinos, expresaríamos nuestra disconformidad de forma educada y elegante, los sectarios y los trolls no existirían, nadie bebería más de la cuenta, dispondríamos de la paciencia necesaria para lidiar con todos aquellos que nos insultan y desprecian, no habría neuróticos ni desequilibrados incapaces de dialogar y relacionarse normalmente con los demás en el microblog y al mirar por la ventana veríamos arco iris y unicornios flotando sobre un fondo rosa.
Desgraciadamente (y mal que nos pese) no ‘todo el mundo es bueno’ y los seres humanos en nuestro estadio evolutivo actual distamos mucho de ser perfectos. En Twitter – al igual que en cualquier otro foro o comunidad y como nos demostrará una reunión habitual de la Asociación de Vecinos – nos encontramos todo el catálogo de miserias y debilidades de nuestra especie y a veces las nuestras propias salen a relucir de forma desatada y beligerante: exabruptos, insultos, mensajes repetitivos y obsesivos, troleo, cyberbullying, condescendencia, exigencia reiterada de RTs y de aprobación, peticiones continuas, tuits racistas, homófobos y humillantes y un largo etcétera.
Es por ello que en ocasiones extremas nos veremos obligados a bloquear a ciertos usuarios que consideremos se han pasado definitivamente de la raya y con los que interpretemos que no podemos establecer ninguna relación en Twitter… y más allá. Digo más allá porque con toda probabilidad un bloqueo en Twitter será interpretado por la otra parte como un gesto hostil y resultará bastante difícil con ese precedente el establecer a posteriori una relación no ya virtual sino offline con el bloqueado. El bloqueo es una especie de punto final, y como todo punto final ha de ser meditado y nunca convertirse en una reacción espontánea, visceral y refleja ante aquellos que nos han soliviantado deliberadamente o no.
Es importante comprender en primer lugar qué es exactamente un bloqueo en Twitter. El bloqueo impide que los tuits que la otra persona dirija a nosotros mediante menciones nos lleguen e igualmente que nos pueda interpelar mediante DM o mensaje directo pero no que pueda seguir refiriéndose a nosotros en su timeline. El bloqueo es sin duda una medida extrema, y como tal debe ser empleada idealmente tras advertencias y sólo en situaciones en las que deseemos dar portazo definitivo al tuitero que nos incomoda. En el caso de que estuviéramos siguiendo a la persona u organización en cuestión, una medida intermedia es sin duda dejar de seguir su cuenta: medida que probablemente también se interpretará por la otra parte como un gesto poco amistoso aunque no quizás tan irreversible (el bloqueo, por supuesto, también es reversible y Twitter nos permite ‘desbloquear’ si así lo decidiéramos).
¿Cuándo debemos practicar el bloqueo? La respuesta a esta pregunta dependerá sin duda del uso que hagamos de Twitter y de nuestras circunstancias específicas. Aquellos con un uso estrictamente personal lo tiene fácil: siempre que les dé la gana y sin tener que dar explicaciones a nadie al respecto. El colectivo de los famosos – por otra parte – se verá obligado en muchas ocasiones a bloquear con más asiduidad que el común de los mortales porque atraerán a trolls y a otros indeseables que se dedicarán a veces industrialmente a martirizarles en Twitter.
La situación se complica un tanto para aquellos que utilizamos Twitter para conseguir objetivos, ya que nuestro criterio es diferente. Como norma general, no tendremos inconveniente en bloquear las cuentas de aquellos que nos espameen, que difundan mentiras sobre nosotros, que nos insulten o que sin motivo aparente nos vilipendien, así como las de trolls, sectarios y aquellos que más allá de la crítica legítima de nuestra marca y de nuestro trabajo se ceben con nosotros sin más deseo que el de hacernos daño. De hecho, el bloqueo suele hacer que una parte importante de los recién listados desistan y busquen otro objetivo para sus dardos envenenados.
Es por ello triste que haya quien desaconseje el bloqueo en todas las ocasiones y circunstancias. El tener que sufrir los excesos de algunos mina nuestra paciencia y determinación y hace que Twitter se convierta en un campo de batalla y un lugar de desánimo en vez de en un espacio de libertad, de amistad y de cooperación en el que todos podamos expresarnos libremente y no nos tengamos que enfrentar sin razón ni motivo a indeseables. Y digo ‘sin motivo’ – ¡atención! – porque doy por sentado que no estamos expresándonos de una forma provocadora o insultante que atraiga negatividad.
Por último, en mi experiencia personal (como botón de muestra, mi tasa de bloqueo es aproximadamente de 1/1000) mi pequeña ‘lista negra’ de bloqueados ha sido siempre superada con creces por el de personas encantadoras con las que podemos discrepar y lo haremos sin duda; pero desde la cordialidad, el respeto mutuo y el deseo de que nunca una diferencia de criterio, estilo, preferencia política o futbolística u opinión sobre cualquier tópico o tema sea nada más que eso. Es interactuando de esa manera en Twitter como conseguiremos que algún día – en un futuro esperemos no muy lejano – el arco iris luzca efectivamente en todo su esplendor cuando nos asomemos por la ventana.
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Existe un colectivo especial al que algunas de las lecciones y recomendaciones habituales para el uso de Twitter no se le aplican: el de las personas que por su actividad profesional o por su fama son ya muy conocidas antes de unirse al mismo. Para estos privilegiados no es necesario el contar con una estrategia de crecimiento, ya que serán seguidos rápida y espontáneamente por miles y miles de tuiteros una vez se unan al microblog. Además de las celebrities podríamos incluir en este grupo a políticos, referentes establecidos en su área profesional, artistas, deportistas de élite, periodistas y aquellos que por circunstancias especiales tienen acceso a o salen en los medios de comunicación y no necesitan darse a conocer desde cero en Twitter con algunas de las tácticas y técnicas que hemos considerado en esta página.
Imagen: Twitter de Shakira
La interacción en Twitter de este colectivo es de una naturaleza radicalmente diferente a la de aquellos que tienen que iniciar su marketing personal desde cero en el microblog. Diez de sus elementos más distintivos son:
1.- Aunque puedan generar y compartir contenidos, estos raramente constituirán el centro de su interacción. Al contrario que la mayoría de nosotros, no necesitan una estrategia de contenidos como tal para alcanzar una notoriedad que ya poseen
2.- Utilizan Twitter como un canal de comunicación preferencial con sus seguidores que mantenga a estos enganchados e informados de su actividad tanto personal como profesional en tiempo real
3.- Usan Twitter para emitir desmentidos o correcciones a informaciones aparecidas en la prensa y en los medios, así como para revelar ‘exclusivas’ de los que estos sin duda se harán eco
4.- Rara vez practican el ‘follow back’ de forma masiva y existe un gran desequilibrio entre seguidores y seguidos, como demuestra la cuenta del periodista tuitero por excelencia
5.- Deben ejercer un especial cuidado con el contenido y la ortografía de sus mensajes, ya que un error, exabrupto o tuit ‘off the record’ puede rápidamente generarles una crisis de reputación en toda regla (caso reciente: Elena Valenciano con su comentario sobre ‘qué feo es Ribéry’)
6.- Al resultarles imposible responder todas las preguntas y menciones que reciben, han de ser eminentemente selectivos a la hora de escoger con quién interactuan de forma directa en el microblog. Algunos pueden optar por no responder casi nunca a menciones de forma personalizada (caso de )
7.- En muchas ocasiones sus cuentas habrán sido verificadas por Twitter y nos aparecerá el símbolo correspondiente – un visto bueno de color azul – a la derecha de su nombre para demostrarlo. (¡Atención a los wannabes! Existen headers prediseñados de Twitter que incluyen el símbolo de ‘verificado’ y que algunos ‘listillos’ caen en la tentación de usar: son del todo desaconsejables, ya que dan pie a que Twitter cierre la cuenta que los emplee sin previo aviso)
8.- Tendrán que lidiar con trolls y aquellos que intentan hacerse pasar por ellos de forma más o menos constante. Eso les llevará en muchas ocasiones a practicar el bloqueo de cuentas en una proporción mucho mayor que al resto de usuarios
9.- Algunos de ellos (caso de los primeros espada de la política) dispondrán de un equipo de comunicación y/o asesores que maneje su cuenta y sólo leeremos tuits ‘auténticos’ (que se suelen firmar con sus iniciales para distinguirlos del resto) en contadas ocasiones
10.- Debido a su carácter de influyentes, nos podemos encontrar con tuits promocionales más o menos camuflados como menciones a marcas, patrocinadores, y un largo etcétera. (Hemos sabido que por estos tuits se llega a pagar hasta $8000 en USA)
Sería un error creer que este colectivo puede permitirse el ‘estar por estar’ en Twitter. De hecho, su presencia en el microblog irá también guiada en los mejores casos por una serie de objetivos estratégicos de comunicación y marketing que les pueden permitir desde vender más y mejor hasta obtener más votos en las elecciones o asegurarse muchas portadas en la prensa. En todo caso, su uso de Twitter no por ello dejará de resultar tremendamente idiosincrático y un estudio cuidadoso del mismo revelará las características del ser humano que se encuentra detrás del perfil.
Por último, existen aún un grupo importante de famosos – ejemplificados por el actor Alvaro Cervantes – que han decidido no unirse al microblog debido a los riesgos que este conlleva y a que no perciben la necesidad imperiosa de hacerlo. Cuando se tiene la oportunidad de llegar a millones de personas mediante la TV, el cine y los medios de comunicación ese es un lujo que sólo los famosos (y no el resto de nosotros) se puede permitir.
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He tenido la fortuna de comprobar de primera mano como muchos clientes y amigos encontraban trabajo gracias a un marketing personal inteligente en Internet y las redes sociales y específicamente en Twitter. Tanto es así que mientras escribía este párrafo he sido contactado por un representante de Google pidiéndome que retuiteara una oferta de empleo para sus oficinas en España. Muchas de esas ofertas nunca llegan a los medios o portales tradicionales, lo cual en sí mismo es razón suficiente para que todos aquellos que buscáis empleo no perdáis la oportunidad de implementar una estrategia eficaz y continuada en el tiempo en Twitter que aúne todos los elementos necesarios. Para ayudaros en este empeño, he creado un caso práctico arquetípico de un joven arquitecto al que llamaremos Alex cuyos pasos os animo a seguir y a imitar cuando así proceda.
Alex tiene 28 años y estudió arquitectura por vocación, aunque sabía perfectamente que no sería fácil encontrar empleo una vez terminados sus estudios. Tuvo la suerte de poder realizar prácticas profesionales en un estudio de arquitectura como becario durante casi dos años, aunque finalmente no pudieron ofrecerle un contrato estable. Desde entonces ha realizado trabajos esporádicos y ha estado mejorando sus conocimientos de inglés hasta obtener un certificado avanzado del mismo. Hace un par de años entró en Twitter al ver que en su programa de fútbol favorito – – podía enviar comentarios mediante el microblog. Dispone de un Smartphone desde el que también tuitea e intercambia mensajes e impresiones con su novia, sus amigos y familiares allegados. Su situación y falta de ingresos le han angustiado durante muchos meses, hasta que ha conseguido vencer el impasse y el desasosiego que trae consigo el desempleo y ha comprendido que de hecho ya tiene un trabajo a tiempo completo: ¡buscar trabajo!
Alex se ha inscrito en casi todos los portales de empleo más conocidos y hasta ahora no le han reportado más que una entrevista que no prosperó y ningún otro resultado digno de mención. Comprende que tiene que hacer mucho más, pero no está muy seguro de dónde tirar hasta que cae en sus manos un ejemplar del libro titulado ‘Mejora y Gana: manual de la marca personal para la búsqueda de empleo’. Allí lee por primera vez sobre la marca personal y su importancia, y comprende que Internet y las redes sociales son el lugar en los que alguien como él con el mínimo presupuesto puede construir una marca personal sin engañar a nadie y centrada en sus valores, su estilo, sus puntos fuertes como profesional y su personalidad. Animado por este descubrimiento, investiga más y se lanza a la conquista de Twitter con el gran objetivo de encontrar un puesto de trabajo.
Alex comprende entonces que su cuenta en Twitter en el estado en el que se encuentra actualmente no le ayuda a conseguir su objetivo, e inmediatamente procede a dar sus primeros pasos estratégicos: cambiar su mensaje de perfil, su foto y su fondo de Twitter para darles un aire más profesional y con criterios de marca personal. Tras la transformación, su mensaje de perfil incluye ahora las keywords ‘arquitecto’ y ‘arquitectura’ y su header y fondo hacen referencia a temas arquitectónicos. Igualmente comprende que un uso estratégico de Twitter será mucho más sencillo (tanto en el PC como en el Smartphone) si utiliza una plataforma como Hootsuite e inmediatamente se abre una cuenta y se familiariza su funcionamiento. Sabiendo que para su objetivo un CV online va a resultar fundamental – e inspirado por el ejemplo del también arquitecto David Pecharromán – Alex decide crear uno eminentemente gráfico y visual con PowerPoint en el que además de demostrar su creatividad muestra ejemplos de algunos proyectos exitosos en los que colaboró en su etapa como becario. Añade este CV a su perfil en LinkedIn y convierte éste último en el enlace mostrado en Twitter, ya que de momento no cuenta con un blog o página web.
Tras estos pasos iniciales, Alex tiene 140 seguidores en Twitter y sigue a 310 cuentas (la mayoría de amigos, compañeros de estudios y trabajo, algún portal de empleo y referente y canales y programas favoritos). Habiendo comprendido la tremenda utilidad de las listas y de la monitorización, Alex busca y encuentra una serie de en Twitter ya creadas y se suscribe a las más importantes. Añade esta lista a su panel en Hootsuite y empieza a monitorizar en tiempo real todas las ofertas y la información de auténtico valor añadido relativa a la búsqueda de empleo que aparece como una cascada interminable de Tweets en la columna habilitada en esta plataforma. Sin embargo, estas ofertas son más bien generalistas y muchas están fuera de su área geográfica, por lo que es consciente que debe dar un paso más allá para focalizar su atención en su objetivo ideal: conseguir un puesto de trabajo como arquitecto ‘junior’.
Alex empieza a responder ya a algunas ofertas de trabajo de interés pero se da cuenta que su perfil de LinkedIn – que en estos momentos es su enlace por defecto en Twitter – no da la talla y procede a remozarlo siguiendo las recomendaciones de en su blog ‘’. A continuación – y convencido de que una estrategia de crecimiento en Twitter le abrirá muchas puertas y le ayudará a ganar contactos estratégicos de calidad para su aventura digital – procede a implementar esas recomendaciones y realiza búsquedas por las keywords ‘arquitecto’ y ‘arquitectura’ en Twiangulate y sigue guiado por su intuición aquellos perfiles que las incluyen que le parecen más relevantes: entre ellos descubre arquitectos, apasionados por la arquitectura, estudiantes, profesores, colegios profesionales, revistas y un largo etcétera.
Herramientas y aplicaciones de Twitter
Paralelamente y como parte de su higiene de Twitter – y consciente de que es imprescindible llegar a los 2.000 seguidores para poder seguir creciendo – elimina ‘peso muerto’ de cuentas que no le siguen utilizando Manageflitter. Como dispone de tiempo y esta es su ocupación full time, se pone como objetivo el seguir un mínimo de 50 nuevas cuentas al día. Ya que es bilingüe y con el fin de estar informado de las últimas tendencias, decide finalmente incluir las keywords en inglés ‘architect’ y ‘architecture’ para identificar cuentas de interés a seguir. Igualmente, opta por añadir a Hootsuite sendas columnas con los ‘hashtags’ o almohadillas #arquitecto y #arquitectura para apuntalar sus esfuerzos de monitorización. Alex dispone ahora de una auténtica cascada de tweets de interés y comienza a sentirse como pez en el agua en su incipiente comunidad a la que él se refiere cariñosamente como ‘amigos de la arquitectura’.
Alex comprende que es importante ser selectivo y la importancia desproporcionada que los ‘influencers’ tendrán para la consecución de sus objetivos y decide crear sus primeras listas en Twitter: una de influeyentes en arquitectura, otra en general de influyentes en social media y una última de influyentes en marca personal de los que espera aprender a mejorar sus destrezas así como mantenerse informado de los últimos avances en estos campos. Para ello realiza sendas búsquedas en Twazzup, Klout y Kred y lee algunas de las listas que circulan por Internet a tal efecto. En este punto comienzan ya a llegarle muy buenas oportunidades de networking y se apunta a varios actos, conferencias e iniciativas en su ciudad en las que hace nuevos contactos y desvirtualiza algunos de los que ya figuran en su cuenta de Twitter.
Animado por los nuevos contactos, lo mucho que está aprendiendo y la sensación de que la actividad frenética que está realizando realmente merece la pena, se plantea por primera vez el abrir su propio blog. Su primer objetivo al hacerlo es más bien modesto: crear un espacio en el que genere credibilidad y entusiasmo y pueda demostrar que la arquitectura no es sólo una carrera que estudió sino una pasión y que realmente tiene mucho valor añadido que aportar a quien le dé la oportunidad. Mientras se plantea esto – y tirando del hilo de un tweet – aparece la primera oportunidad remunerada: realizar una traducción de un manual de arquitectura del inglés al castellano. Realmente Alex nunca había pensado hasta este momento que el hecho de tener un muy buen nivel de inglés le reportaría ingresos, así que está muy entusiasmado. Al cabo de dos semanas termina la traducción y emite la factura correspondiente, que cobrar a fin de mes.
Con sus primeros ingresos en mucho tiempo, y ya familiarizado con la Tuitosfera y los perfiles de tantos compañeros de profesión, Alex decide comprar su propio dominio y abrirse un blog con WordPress. Las razones que le impulsan a ello es que finalmente internaliza que un perfil en LinkedIn es bastante limitado y no le permite mostrar ni proyectos en los que ha estado involucrado ni comentar o debatir temas de actualidad de su profesión que demostrarían sus conocimientos y su pasión y que – al menos así lo espera – engancharían a otros y cimentarían su marca personal. Sabe también que el contar con su propio dominio lanza un mensaje bien claro de que ‘va en serio’ y que es un arquitecto totalmente digitalizado y con unos conocimientos prácticos importantes en TIC.
Tres meses más tarde, Alex ha publicado ya 8 entradas en su blog y su cuenta de Twitter está creciendo a buen ritmo. Comienza a ser conocido por varios influyentes, y es precisamente gracias a uno de ellos que llega a sus oídos casi en primicia que una empresa multinacional está contratando arquitectos españoles que quieran trabajar en grandes proyectos de obra civil en el extranjero. En concreto existen dos alternativas con contrato inicialmente de 6 meses prorrogable: Emiratos Árabes (Alex cumple los requisitos gracias a su excelente nivel de inglés) y Colombia. Tras informarse a fondo de los pros y contras, Alex decide presentar su candidatura para los proyectos en el país latinoamericano. Se prepara a conciencia para la entrevista de trabajo y hace sus deberes: tanto es así, que encuentra en Twitter y LinkedIn los perfiles de los que con toda probabilidad vayan a ser sus entrevistadores.
Una semana después, Alex recibe la noticia: ¡le han ofrecido un contrato! Sus padres y su novia se preocupan (como no podía ser de otra manera) y se sienten tristes por la lejanía, pero Alex sabe que esta es una oportunidad que no puede dejar pasar. Ha empezado a plantar los cimientos de una prometedora carrera que espera le lleve muy muy lejos. Y sabe que aunque su marketing personal tendrá que adaptarse, va a resultar una herramienta imprescindible para el futuro.
He conocido de primera mano a muchos ‘Alex’ (podría haber hablado de mi propia experiencia también) por lo que espero que este caso práctico ficticio no sea interpretado como un mero ejercicio literario sino como un acicate para ‘ponerse las pilas’ y avanzar con ilusión y entusiasmo en la senda de nuestro marketing personal en Twitter. A aquellos que estáis en situación de desempleo: sé que es difícil en el contexto actual, pero ¡no os desaniméis! Combatid el desánimo con un uso estratégico de Twitter y el resto de los social media y pronto comprobareis de primera mano que todo un mundo de posibilidades os está esperando.
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Uno de los aspectos recurrentes del día a día de toda cuenta de Twitter es la gestión de los retuiteos, retweets o RTs. Esto es especialmente importante para todos aquellos que – al contrario que es mi caso – no generáis contenidos propios y por lo tanto hacéis RT en la mayoría de las ocasiones a contenidos ajenos. En multitud de plataformas y aplicaciones para Twitter como Hootsuite, Tweetdeck y otras se nos permite hacer RT insertando nuestros comentarios o modificando el tuit original, lo cual añade otra capa de complejidad a los RTs y su gestión.
Por si fuera poco, cada vez estamos más acostumbrados a leer tuits que incluyen al final la coletilla ‘Por favor RT’, sabiendo como sabemos gracias al trabajo de investigación de que eso en ocasiones multiplica hasta por cuatro el número de RTs como consecuencia. ¿Y qué diremos de aquellos (a veces desconocidos) que nos envían DMs o mensajes directos de sus contenidos con la esperanza de que los retuiteemos?
Una cuenta personal de uso estratégico que no retuitee con una cierta asiduidad hace saltar las alarmas, ya que muestra desdén por los contenidos ajenos o falta de interés en todo lo que no sea de su propia cosecha: ambas actitudes a evitar si queremos fomentar la socialización en uno de los medios como es Twitter más idóneos para este fin. En el otro extremo tenemos cuentas que sólo saben hacer RTs de forma repetitiva y casi industrial y que demuestran falta de iniciativa y de criterio propio. A ambos les formularíamos las siguientes preguntas:
- Si tu timeline se reduce al retuiteo constante de contenidos ajenos, ¿cuál es tu aportación?
- Si tu timeline se reduce al retuiteo de contenidos propios, ¿es para ti Twitter un simple ‘ego-trip’?
Un contenido retuiteado es un contenido viralizado. Por ello hemos de ser cuidadosos – sobre todo si no insertamos ningún comentario o aclaración – antes de retuitear y asegurarnos siempre de que lo hemos leído y hemos comprobado el enlace en cuestión. Jamás bajo ningún concepto retuitees un tuit que no has leído en su totalidad incluyendo su enlace. No será la primera ni la última vez en la que más de uno se lleva una amarga sorpresa cuando descubre que ha retuiteado y viralizado un contenido cuyo enlace no funciona, es erróneo o no tiene la calidad suficiente para merecer nuestro sello de aprobación. Y es que, a no ser que incluyamos un comentario o una aclaración, muchos RTs así serán interpretados por nuestra comunidad de seguidores.
Esta última práctica es sin duda recomendable en la mayoría de las ocasiones. Una simple pregunta, comentario o aclaración le da un toque personal al RT y manifiesta nuestra reacción ante el mismo. Para ello, y como muestra el ejemplo de abajo, es imprescindible que separemos de alguna manera nuestro comentario del RT (en este caso mediante —, aunque sin duda hay muchas otras formas perfectamente válidas de hacerlo).
Un RT con comentario
Como se desprende de este ejemplo – y a no ser que nos veamos obligados a ello por la falta de espacio – todo RT debe siempre respetar el tuit original en su integridad. Esto es importante, ya que modificaciones del mensaje inicial que hemos retuiteado pueden incitar al error o engaño y/o desvirtuarlo, lo cual casi siempre generará descontento si no protestas por parte del tuitero original.
El exigir o presionar para obtener RTs es una práctica tristemente habitual sobre todo por parte de aquellos cuyos contenidos no tienen mucho valor. Aunque la desaconseje y figure así en ‘los diez mandamiento de Twitter’, no cabe duda de que en ocasiones querremos atraer la atención de alguien que creemos tiene un interés específico y manifiesto en el contenido en cuestión. Si es así (y sólo si es así) procederá el enviar un mensaje privado o el añadir su nombre como mención al final del tuit en cuestión. En todo caso, esto ha de ser la excepción y nunca la norma. Creo que hablo en nombre de muchos cuando digo que me canso muy pronto de todos aquellos que cada vez que publican un contenido me envían un mensaje privado y rara vez los retuiteo, ya que eso no haría más que darles alas y premiar esa molesta práctica.
Por último, los retuits a nuestros contenidos hacen surgir otra comunidad aparte de la de los tuiteros a la que debemos prestar mucha atención: la de los retuiteros. Es muy importante conocerlos e identificarlos, ya que los retuiteros de tus contenidos pronto pueden convertirse en evangelistas de tu marca y contribuir decisivamente a la consecución de tus objetivos. El número de retuits o la falta de los mismos es sin duda uno de los baremos (entre otros muchos) de lo bien recibida que está siendo tu aportación y de la sintonía que existe entre tu producción de vídeos, posts, fotos, etc. y tus actuales contactos en Twitter. Escuchar a nuestra comunidad de seguidores es imprescindible para contrastar el éxito de nuestras iniciativas. Y, al igual que muchos compañeros, soy de la opinión que es bueno el agradecer los RTs que recibimos mediante mensaje directo o DM.
Al final, todo el debate en torno a los retuits se reduce a un sencillo principio: si ves un contenido/noticia de calidad o que por cualquier otro motivo te llama la atención en Twitter, retuitéalo y si es posible coméntalo. Al hacerlo, estarás contribuyendo a fomentar el debate y a que contenidos que en muchas ocasiones son gratuitos lleguen más lejos y sean beneficiosos para muchos. ¡Retuitea, que algo queda!
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Desde la perspectiva del Marketing Personal y para acelerar en lo posible la consecución de tus objetivos mediante un uso estratégico de Twitter – basándonos en la experiencia propia y ajena aunque dejando amplios márgenes para la creatividad y la innovación que tú mismo/a puedas aportar – es imprescindible comenzar con buen pie. Los cuatros principios del éxito del marketing personal que siempre debemos tener en mente sean cuales sean nuestros objetivos específicos son:
Principio #1: Ganar contactos estratégicos (lo que también se conoce como ‘networking’)
Principio #2: Transmitir una imagen atractiva y atrayente que refleje nuestros valores y estilo
Principio #3: Establecer nuestra credibilidad
Principio #4: Generar entusiasmo en torno a nosotros y nuestros proyectos
Estas son algunas de las primeras e importantísimas decisiones a las que te enfrentarás y que marcarán la pauta de tu interacción y te acercaran a la aplicación provechosa de los mismos:
Tu Nombre en Twitter
Una de las primeras decisiones (afortunadamente reversibles, si decides modificar uno ya existente lo puedes hacer siguiendo ) que debemos tomar y que determinará en gran parte nuestro estilo de interacción en Twitter es la de elegir nuestro ‘nombre de usuario’. Estas son algunas de las opciones más comunes:
Opción 1) Que tu ‘nombre de usuario’ y nombre auténticos coincidan. Esto no es siempre posible debido a que dado el creciente número de personas en Twitter (¡somos más de 5 millones sólo en España!) los nombre más comunes estén ya tomados. Por eso introduciremos pequeñas modificaciones como el guión bajo y otras. (Ejemplos: y ). Esta es la opción más recomendada y recomendable por defecto, especialmente para aquellos que deseen potenciar su personal branding.
Opción 2) Usar una versión reducida o modificada de tu nombre. Este es mi caso personal () o el del gran periodista deportivo Josep Pedrerol (), con la salvedad de que por seguridad también controlo mi nombre completo . En el caso de nombres poco comunes es del todo recomendable el tomarse esta precaución aunque vayamos a utilizar otro nombre de usuario. ¡Imagínate los quebraderos de cabeza que podría causarme el que alguien que no fuera yo controlara aunque mi principal cuenta continuara siendo ! En el caso de las ‘celebrities’ como Josep, será casi imposible el evitar que alguien utilice una de la posibles variantes (caso de , no gestionada por Josep sino por un troll), aunque puede ocurrir que Twitter haya de oficio la cuenta en cuestión.
Opción 3) Usar un nombre de marca que no coincida en nada con nuestro nombre de pila (casos de Dani Iglesias con y Chris Orejuela con ). Esta es una decisión estratégica de primer orden con consecuencias importantes para nuestra marca personal a medio y largo plazo: apuntan hacia tu proyecto en vez de hacia tu persona. Es perfectamente posible (y en muchas ocasiones recomendable) el compaginar una cuenta personal con otra de marca – tal y como hace el diseñador Jesús Mier con su agencia – aunque no debamos nunca subestimar el tiempo y el esfuerzo que nos llevará el gestionar varias cuentas propias (¡y no digamos nada si nos toca también ajenas!) simultáneas.
Opción 4) Combinar las opciones 2 y 3 y usar un nombre de marca combinado con nuestro nombre. Esta puede ser a la postre una opción inteligente cuando nuestro nombre ya esté tomado y especialmente cuando queramos establecer una vinculación definitiva con nuestra área de actividad, tal y como hace el gran golfista y campeón del circuito senior Juan Quirós con
Opción 5) Inventarnos un nombre de usuario para Twitter sin relación con marca alguna, tal y como han hecho Esteban Mucientes con o Miguel del Fresno con . Esta es una elección profundamente personal e idiosincrática y del todo respetable, aunque quizás un tanto arriesgada y más la excepción que la norma (sobre todo si no eres un profesional consagrado como ellos). ¡Que no te extrañe si te decantas por esta opción que la gente se olvide de tu nombre auténtico y se dirija a ti por tu nombre de usuario como me ocurre a mí con ‘Mediotic’!
Aunque sin duda con todas las opciones sea posible conseguir objetivos de importancia, ya he señalado las ventajas e inconvenientes a sopesar de cada una de ellas. Y no olvides que aunque no parezcas innovar mucho eligiendo las más comunes (que no son otras estadísticamente sino las números 1 y 2), siempre podrás mostrar tu creatividad y espíritu innovador con el primer elemento visual absolutamente fundamental de Twitter que no es otro sino…
Tu Foto o Avatar
Todos nosotros hemos crecido en un mundo rodeado de marcas comerciales y los logos son, han sido y continuarán siendo en un futuro predecible para bien o para mal una parte integrante de nuestras vidas. Y si los logos constituyen por así decirlo la quintaesencia de las marcas comerciales, las fotografías son la principal tarjeta de presentación de las personales. Incluso para aquellos que ya te conocen tanto personal como profesionalmente (¡y no digamos nada para los que no!), lo que se ha dado en llamar como las fotos de avatar o presentación en Twitter – especialmente cuando en ellas se juntan la calidad artística, la creatividad, la originalidad y se transmiten acertadamente tus principales mensajes de marca – constituyen un mensaje activo de primer orden que actúa no sólo como un escaparate sino también un auténtico filtro que determina la percepción que se tendrá sobre ti.
Esta es una de las muchas razones por las que jamás debemos subestimar la importancia de una buena fotografía ni ahorrar dinero, tiempo y/o esfuerzo hasta conseguir la ideal para nuestros objetivos. La tecnología fotográfica ha evolucionado sensiblemente en los últimos años y hoy en día es posible obtener en ocasiones una fotografía de una calidad bastante notable por nuestros propios medios con dispositivos digitales. Mi consejo sin embargo siempre sigue siendo el de que una tarea tan sensible e importante para nuestra marca debe ser encomendada a un profesional, al que deberemos informar a conciencia de los objetivos que perseguimos con la fotografía o serie de fotografías en cuestión. Precisamente para maximizar el retorno de tu inversión deberás tener en cuenta los siguientes cuatro factores:
1. La consistencia es un valor. Sé que en ocasiones la tentación es grande de utilizar un gran número diferente de fotografías, especialmente ahora que cada perfil en las redes sociales necesita de una. Sin embargo, la experiencia demuestra que emplear un número reducido de avatares de calidad no sólo en Twitter sino en todos tus perfiles, sitios web, C.V., etc. es casi siempre la mejor política para que se te identifique y recuerde con una mayor facilidad. Esa consistencia ayuda a reforzar tu imagen y los atributos de marca que quieras destacar y a causar esa primera buena impresión fundamental. Te puede facilitar esta labor el utilizar un servicio como el de Gravatar que te permite gestionar tus avatares en múltiples plataformas de una forma cómoda y rápida.
2. Tu foto debe contar una historia. El máximo logro para cualquier foto o retrato es el de convertirse en sí misma en una historia: una historia que saque a la luz y destaque los puntos fuertes de tu marca. Es el famoso storytelling que tan de moda está en marketing y publicidad y que tiene una importantísima aplicación al mundo del marketing personal. ¿Quieres resaltar tu creatividad y espíritu innovador? ¿Tu experiencia y profesionalismo? ¿Que no te da miedo romper moldes tal y saltarte los convencionalismos quizás? Deja que tu foto cuente la historia y hable por sí misma.
3. Tu avatar debe evolucionar junto a tu marca. Tu marketing personal no es un concepto estático sino vivo y dinámico, y el cambiar tu foto como mínimo una vez cada tres años es una regla no escrita que demuestra ante tus seguidores o followers que no te has perdido en el túnel del tiempo. El hacerlo también te sirve en bandeja la posibilidad de mostrar el paso del tiempo de la mejor forma posible y subrayar tus logros profesionales.
4. Permanece flexible y no ignores el feedback que recibas. Algunos tenemos mejor criterio que otros a la hora de gestionar nuestra propia imagen. Sea cual fuere el caso, es el feedback y las valoraciones que recibas de los demás al final del día las que determinan si la fotografía que has escogido está dando los resultados esperados o no. Algunos de los avatares y caretos que vemos diariamente en Twitter dan literalmente miedo, y pueden ser una de las razones por las que no se nos sigue o por las que no se nos da ese voto de confianza inicial que tanto necesitamos. Jamás cierres los oídos a las críticas constructivas y a la vez sé autocrítico con tu propia foto: si ni tú estás convencido ni el feedback que recibes por parte de aquellos a quienes quieres llegar es bueno (demasiado seria/informal/atrevida, que no te hace justicia o simplemente de mala calidad)… ¡cámbiala ya mismo!
Lo que consiguen los grandes fotógrafos profesionales como o es que nuestra fotografía sea llamativa y emita múltiples mensajes simultáneos sobre nosotros que realmente tiendan puentes a los demás en un universo como Twitter saturado de gente intentando captar nuestra atención. Estos mensajes deben incluir sí o sí tus objetivos, tus aspiraciones, tu personalidad y tu talento. Si de paso nos sacan guapos: ¡mejor que mejor! Y, por encima de todo, tu avatar debe ir en consonancia y estar perfectamente integrado con…
Tu Mensaje de Perfil
La importancia del mensaje de presentación o de perfil en Twitter es casi siempre subestimada por aquellos que no son conscientes de que – aparte de constituir la primera descripción sobre nosotros y nuestro trabajo en el microblog – algunas de las keywords o palabras clave y datos de geolocalización que allí se encuentran son utilizados por herramientas, aplicaciones y programas para encontrarnos y contribuyen decisivamente al Principio 1 (ganar contactos estratégicos de alto valor).
Las dos líneas del mensaje de perfil van siempre seguidas de nuestra ubicación y de la dirección web que hayamos estipulado, y constituyen todo un ejercicio de copywriting similar al que se enfrentan los publicitarios cuando elaboran un spot televisivo, una cuña radiofónica, una valla o cualquier otro anuncio de necesario espacio reducido en el que transmitir un concepto con gran economía de palabras. No es ni mucho menos fácil (¿cuántos anuncios no dan en el clavo o simplemente nos cansamos rápidamente de ellos?) y Twitter no penaliza el que probemos diferentes versiones hasta encontrar una más o menos definitiva que responda a nuestras expectativas. Merece la pena tomárselo en serio, sobre todo ya que – al igual que la foto – el mismo mensaje de perfil de Twitter puede y debe ser replicado en la ‘Bio’ de otras redes y medios sociales (algunos ejemplos: Slideshare, Blogs, medidores de influencia como Kred o Klout e incluso LinkedIn).
A continuación, algunas de las alternativas más comunes, que se dan a veces en uno o varios idiomas (español e inglés, sólo en inglés, etc.):
1. Aquellos que como queráis identificaros exclusivamente con vuestra posición o cargo (sobre todo si trabajáis para una organización archiconocida) sin añadir más información
2. Aquellos que como optéis por una combinación de 1) más información suplementaria como keywords, etc.
3. Aquellos que incluyáis 1) más un ‘disclaimer’ o mensaje en el que dejáis claro que vuestro Twitter tiene un carácter personal y no institucional y que vuestros tweets y opiniones ‘no representan necesariamente a las de mi empresa’ como hace
4. Aquellos como es que incluyáis un mensaje descriptivo de lo que hacéis de carácter más comercial sin mencionar a ninguna organización (aunque como veréis sí que lo hago en el fondo con ‘wallpaper’ customizado)
5. Aquellos que optéis por una combinación de información profesional con otra puramente personal (ejemplo: )
6. Los usuarios no profesionales/estratégicos de Twitter (actualmente la gran mayoría) o aquellos que por la razón que fuera deciden incluir un mensaje de perfil exclusivamente personal (ejemplo: ). Dentro de este epígrafe incluiríamos también a aquellos que no utilizan el mensaje de perfil para transmitir información ni personal ni profesional sino para hacer chistes, incluir una cita (como hace al menos parcialmente ), etc.
Conviene recordar e insistir en este punto que para los que queremos conseguir objetivos en Twitter, el mensaje de perfil es equivalente al CV en el sentido de que disponemos 1.5 segundos para causar un impacto (esperemos que positivo) en nuestro lector e internauta. No podemos permitirnos el lujo de desaprovecharlo y todo nuestro empeño debe dirigirse a enganchar a ese público que nos puede ayudar en la consecución de nuestros objetivos en un lenguaje comprensible para ellos (¡atención al idioma de tu elección!), sin errores desde el punto de vista ortográfico (¡esto resulta tan imperdonable como que los contenga tu CV!), y destacando aquellos aspectos de nuestro trabajo, nuestra biografía o nuestra personalidad que más fundamentales resultan para nuestro ‘branding’.
Un mensaje de perfil tiene una vida en sí mismo y deja su propia huella energética. Hay mensajes atrayentes de la misma manera que otros nos dejan indiferentes o hasta resultan repulsivos. ¿Desprende tu perfil credibilidad, personalidad y profesionalidad o simplemente tira para atrás? ¿Está integrado en tu storytelling particular? ¿Se centra en tus carencias (¡atención todos aquellos en situación de desempleo!) o juega tus puntos fuertes? ¿Está convenientemente actualizado? Estas son preguntas que merecen todas ellas una respuesta y harás muy bien en modificar tu perfil hasta que tengas la certeza de que no constituye un obstáculo y sí un acicate para que los demás decidamos seguirte e interactuar contigo.
Nuestra esperanza siempre reside en que – una vez atraída la atención de ese contacto estratégico – éste se detenga en nuestro perfil, examine algunos de nuestros tweets recientes y se quede impresionado con el combinado constituido por la foto, el mensaje de perfil y el aspecto de nuestra cuenta que nos permite ser más creativos que no es otro que…
Tu Estética: Fondo y Encabezamiento (background & header)
Hasta hace poco, el fondo (lo que en inglés se conoce por background) era el único aspecto customizable de Twitter, hasta que recientemente se introdujo el Header como microfondo de nuestra fotografía, nombre y mensaje de perfil. Esto ha traído un nuevo elemento de diseño que nos permite configurar una cuenta que realmente resulte elegante, creativa, atractiva y atrayente… a no ser que pertenezcamos a ese grupo de usuarios perezosos e indolentes que no se molestan y utilizan un fondo por defecto: algo que simplemente no es una opción desde nuestra perspectiva. El desaprovechar estas magníficas posibilidades de branding y personalización lanza un mensaje bastante negativo sobre nosotros que casi nunca nos ayuda y que nos recuerda que la estética es importante.
En lo que se refiere al encabezamiento o header, existen muchos ya pre-formateados y fácilmente descargables que circulan por la web, y no es difícil en absoluto el crearse uno propio con alguna fotografía (ejemplo: ) o color apropiado. Lo importante siempre es:
- Utilizar un color que no impida o que dificulte la lectura de nuestro mensaje de perfil (que siempre aparecerá por defecto con letras de un color blanco luminoso)
- No vulnerar las normas de Twitter utilizando el signo de cuenta verificada cuando la tuya no lo está (te expones a que Twitter cierre sin previo aviso tu cuenta, algo que podría resultar catastrófico)
- Asegurarse de que tu encabezamiento no desentona con respecto a tu fondo sino que está en sintonía e integrado con él
Fondo de Twitter de 18/01/13
Es el fondo el que nos ofrece más oportunidades dada su extensión, ya que podemos tanto aprovechar para incluir mensajes o direcciones webs como una customización mucho más a fondo con colores, iconos, y un largo etcétera.
De entre las diversas opciones a considerar, destacamos:
1) Fondos customizados acorde a la estética de la página web o blog. (Ejemplo: )
2) Fondos centrados en nuestra imagen con fotografía gigante (Ejemplo: )
3) Fondos con imagen e información extra o adicional que quizás no nos haya cabido en el mensaje de perfil como ejemplos de nuestro trabajo, organizaciones con las que colaboramos, etc. (Ejemplo: )
4) Fondos sin fotografía ni información adicional customizados de acuerdo a nuestro logo o estética. (Ejemplo: )
5) Fondos pre-formateados que utilizan aplicaciones a tal efecto (Ejemplo: con un fondo de sus seguidores obtenido mediante twilk.com)
Como cualquier persona que observe desapasionadamente la imagen que incluimos del fondo de podrá apreciar, un fondo de Twitter ‘currado’ realmente importa y nos ayuda a empezar con muy buen pie nuestra andadura en el microblog o a ensalzar en un momento dado aspectos fundamentales de nuestro trabajo con proyección para nuestro marketing personal. Podemos jugar además como hacen Emiliano o Risto Mejide con diversas imágenes de nosotros mismos, siempre y cuando el resultado final invite a dar una respuesta afirmativa a las preguntas que nos plantean los principios 2, 3 y 4, a saber:
- ¿Transmite una imagen atractiva y atrayente?
- ¿Establece nuestra credibilidad? ¿Anima a otros a confiar en nosotros?
- ¿Genera entusiasmo en torno a nosotros y a nuestros proyectos?
Y es que sólo con un ‘sí’ como respuesta podremos hacer que el principio 1 se convierta en realidad y ganemos contactos estratégicos de gran valor que nos acerquen a nuestras metas. A partir de ese momento te tocará realizar una apuesta estratégica de primer orden y decidir al menos inicialmente…
Tu Estilo de Interacción
El primer gran cruce de caminos que se presenta a todo usuario de Twitter es la de elegir entre:
1. Un uso fundamentalmente personal (como hacen la inmensa mayoría de los usuarios)
2. Un uso fundamentalmente profesional (ejemplificado por )
3. Un uso mixto con mensajes tanto profesionales como personales (como es mi caso propio)
La decisión que tomemos en este sentido es de primer orden, ya que determinará no sólo los contenidos que compartiremos y las conversaciones que mantendremos sino el uso estratégico o no del microblog. Por ejemplo, aquellos que como Francesc Grau realizan una apuesta decidida por 2) relegan sus conversaciones privadas al mensaje directo o DM, mientras que aquellos que damos a Twitter un uso combinado no tenemos inconveniente en que al menos algunas conversaciones aparezcan en nuestro ‘timeline’ público ni en aderezar nuestros contenidos con reflexiones de tipo personal, información y noticias no estrictamente relacionadas con nuestra profesión, etc.
En el futuro profundizaré en las implicaciones de optar por 2) y/o 3) como estilos preferentes de interacción, pero en este punto es imprescindible que tengas claro que un uso estratégico desde la perspectiva del Marketing Personal 2.0 de Twitter es básicamente incompatible con la opción 1). Esto te puede requerir un cambio de chip si ya estás presente en Twitter y hasta ahora sólo lo has utilizado de forma exclusivamente personal para hablar con tus amigos, postear tus fotos o comentar el último partido de fútbol de tu equipo del alma: sin que haya absolutamente nada malo en ninguna de las anteriores, nuestra propuesta no se podrá materializar hasta que al menos añadas una capa de contenidos profesionales de calidad.
Finalmente – y aparte del ya mencionado ‘uso compartido’ – queda siempre la opción adoptada por algunos de crear una cuenta para uso exclusivamente personal y otra para uso profesional. Ten claro qué es lo que persigues y escoge la opción que mejor se ajuste a tus necesidades. ¡Adelante!
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