Recomienda que algo queda: gestion de recomendaciones online
- 7th Saturday 2012
- Reputacion Online
- 6
No creo que exista otro aspecto de la reputación online de personas y empresas tan infravalorado y tomado a la ligera como la emisión y gestión de recomendaciones. Si bien es cierto que (en un sentido positivo) las recomendaciones pueden darnos ese espaldarazo que necesitamos para conseguir el ansiado puesto de trabajo, mejorar nuestra influencia y relevancia y un sinfín de beneficios colaterales, también lo es que el recomendar o solicitar recomendaciones sin buen criterio puede provocar un efecto boomerang que se vuelva contra nosotros y nos haga mucho daño, minando en ocasiones de forma irreparable nuestra credibilidad y perjudicándonos de un sinfín de otras maneras.
Este es el momento de proclamar las dos reglas de oro de la gestión de las recomendaciones online, que aunque resulte sorpredente muchos ignoran (en ocasiones cegados sin duda por su generosidad, en otras por estar sometidos a presiones directas o indirectas y aún en otras por un deseo de aprovecharse de la buena voluntad ajena) exponiéndose a pagar un alto precio por ello:
Nunca bajo ningún concepto recomiendes a ninguna persona, producto o servicio que no hayas probado tú mismo/a y del que hayas tenido una experiencia positiva y satisfactoria
Nunca solicites una recomendación de alguien que no haya tenido al menos la oportunidad de probar tu producto o servicio o valorar directamente tu trabajo
Me apresuro a indicar tres aspectos fundamentales íntimamente relacionados que estas reglas llevan implícitos:
1) Estos dos principios se aplica aún en el caso de que el producto o servicio haya sido creado por alguien a quien conoces y de quien eres compañero/a, amigo/a o pariente. Es más: especialmente en el caso de que sea un compañero, amigo o pariente ya que el riesgo será mucho mayor.
2) Para productos o servicios (que no obviamente personas), el primer principio se aplica igualmente cuando estos hayan sido creados por una empresa o persona en la que tienes confianza y con la que has trabajado antes con buenos resultados, como aprendieron por ejemplo los temerarios que recomendaron Google Buzz simplemente porque era un producto Google. Si no lo has probado y te ha convencido, ¡no lo recomiendes!
3) Es preferible pagar un precio por no recomendar algo de lo que no estamos convencidos que el mucho mayor coste de recomendar algo o alguien que un día se vuelva contra nosotros: los cheques en blanco siempre salen más caros. Es más: si una persona o empresa te solicita una recomendación sabiendo que no has tenido la oportunidad de probar su producto o servicio, tiene todas las papeletas de entrada para que éste no sea de auténtico valor.
Imagen: Flickr
El hecho es que, aunque parezca mentira, no siempre está claro qué constituye y qué no constituye una recomendación en determinados social media. Si bien en el caso de no hay duda – esta red social profesional nos permite realizar recomendaciones personalizadas que se pueden o no mostrar en el perfil de la persona recomendada – nos encontramos en muchas ocasiones con que el compartir un enlace en Facebook o Google+ o el hacer un RT en Twitter puede ser (y de hecho en ocasiones es) interpretado como una recomendación implícita del contenido en cuestión. Es por ello importante como práctica el que las recomendaciones sean expresas e incluyan en el caso de Twitter el hashtag #recomendable y en otras redes un comentario aclaratorio a la sazón. En el caso de que simplemente hayamos compartido un contenido para estimular el debate, cuando éste se produzca y lleguen las discrepancias tendremos siempre oportunidad de clarificar nuestra postura.
Cada vez se ha hecho más común (especialmente debido a la creciente importancia de la influencia online y de contar con influencers que se conviertan en evangelistas de nuestra causa) el solicitar recomendaciones, retuiteos y acciones similares en internet y los social media. Es por ello fundamental el contar con una política de recomendaciones clara y comprensible siguiendo las reglas de oro que propongo arriba. De lo contrario, nos exponemos a perder el activo más importante que quizás tenemos en nuestra andadura online: la confianza. Y cuando esta se rompe en mil pedazos, es muy difícil el recomponer las piezas. Esta política incluye sin duda nuestra petición de recomendaciones: cuando las solicitamos a aquellos que no saben nada de nosotros ni han probado nuestro producto o servicio, nos exponemos a una pérdida de credibilidad tan rápida como aquellos que recomiendan sin saber.
Siempre que recomendamos a una persona producto o servicio, algo queda: algo queda de nuestra credibilidad, honestidad y buen criterio. Es por ello que, aunque seamos generosos en las recomendaciones, éstas deban siempre estar basadas en una valoración sincera y objetiva que vaya a ser de auténtica ayuda para los demás. Y eso sí que es realmente recomendable.
About the Author
Especialista en comunicación y marketing online y marca personal. Profesor de los Másters NTIC en Social Media y Community Management de la Universidad Complutense y de la UNED. Consultor en 'Soyunamarca'. Autor de 'De Twitter al cielo: cómo conseguir tus objetivos en Twitter'. Aprendo, opino y comparto.
Pingback: The Social Branding Company Blog - Recomienda que algo queda: gestion de recomendaciones online #OscardDelSanto
Pingback: Bitacoras.com